Lía Crucet, la Reina de la Cumbia
LA GÜERA SALOMÉ
Lía Crucet y Gladys la Bomba Tucumana se presentan esta noche en “Hola Susana” para celebrar los 10 años del programa. Antes de sentarse en el living darán un show con sus temas más emblemáticos. Gladys arranca con “La pollera amarilla” y a su lado Lía espera su turno con un movimiento sensual. Baila como a baja intensidad e intercala algunos pasos de odalisca. Su vestido negro de encaje, brilloso, transparente, con forma de sirena es tan escotado que apenas tapa sus pechos. Siempre está a punto de escaparse un pezón, y ella juega a querer evitarlo. “La pollera amarilla” se engancha con “La Güera Salomé” y sorprende distraía a Lía que empieza a menear sus brazos de un lado para el otro, arengando al público. “Ya la cumbia comenzó/hay que mover los pies/pero miren quién llegó/la Güera Salomé”. Lía entra tarde al playback. Lía siempre canta a destiempo cuando hace playback, pero ¿a quién le importa? Esos pequeños accidentes que de tanto repetirse en sus shows se convirtieron en parte de su estilo, para muchos, inigualable. Movimientos mínimos, altamente eróticos, con sus manos mueve su larga melena rubia de un costado para el otro. Camina el escenario como lo hace una vedette, se toca la pelvis y recorre con sus dedos sus caderas. Ahora agarra el micrófono y lo roza, casi lo acaricia, de arriba, abajo, de abajo a arriba. Lía es la Reina de la cumbia.
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YO NO SOY ABUSADORA
Los inicios
En 1988 se estrenó la película “Paraíso relax (casa de masajes)” una comedia erótica protagonizada por Jorge Corona, Guillermo Franchela y las vedettes Beatriz Salomón, Yuyito González y Lía Crucet.
-”Mirá esa mina lo que es” dice uno de los clientes y la cámara enfoca en primer plano las tetas de una jovencísima Lía Crucet, vestida con un micro short de jean y una remera blanca arremangada con una inscripción en letras rojas que dice “Son tuyas”. “Son” en una, y “tuyas”, en la otra.
-”Chicas, vengan, llegó el paganini” dice el personaje de Lía sonriendo y mirando fijo a la cámara, mientras masca un chicle.
Durante toda la película, sus tetas aparecerán en primer plano en todas las escenas posibles.
Fue ese mismo año, cuando hacía una sesión de fotos en un hotel alojamiento del Conurbano junto a Jorge Corona para promocionar “Paraíso Relax”, cuando Lía conoció a Kuki Pumar, el presidente de la discográfica Leader Music. “En ese momento, la movida tropical estaba empezando a crecer, y se me ocurre preguntarle si no la quería a Lía como cantante de cumbia. El trabajo de vedette era muy inestable, terminaba la obra y ya tenía que salir a buscar un nuevo trabajo” dice Tony Salatino, su pareja desde hace 40 años y manager de toda su carrera como cantante. “Al día siguiente fui a la oficina de Kuki y firmamos el contrato”.
-¿Pero no la probaron primero a ver si les gustaba como cantante?
-No, unos días después la probó el productor artístico Enrique Recke y le gustó. Enrique es un mago.
-¿Y cómo eligieron el repertorio?
-Recke me pidió que le buscara “cachaca” , que yo no sabía muy bien qué era, y le aparecí con 250 canciones. Nos pasamos varias noches escuchando y eligiendo. Y lanzamos el primer trabajo que se llamó “Yo no soy abusadora” (1988), un tema donde yo cantaba junto a Lía.
Vamos a ver quién tiene la razón
Si yo soy abusadora o él es el abusador
Yo te dejé, yo no te quería
Porque no me dabas a mí pa’ la comida
Gracias a Dios, que me libré de ti
Como una sirvienta tú me tenías a mí
Lía y Tony se conocieron en el histórico boliche de Lomas de Zamora “Fantacy” cuando ella ya era una vedette consagrada, había trabajado en el Maipo con Olmedo, Susana y Moria, y era mamá de Karina, a quien tuvo a los 16 años. “Yo no tenía nada que ver con el mundo del espectáculo, hacía alfombras” agrega Tony. Para entonces, Jorge Corona ya la había apodado “La Tetamanti” en el programa “Finalísima del Humor’’, conducido por Leonardo Simons, donde interpretaba a una cigarrera sexy.
“Yo no soy abusadora’’ no tuvo el éxito esperado y Tony decidió contratar en 1990 al representante Beto Dorfman para que lo ayudara a posicionar a Lía como cantante.
“Yo era tecladista el grupo Pomada, y además trabaja como representantes de artistas como Ricky Maravilla, Pocho la Panera, Adrián y los Dados Negros y Gladys la bomba Tucumana. Le dije a Tony que tenía que lograr pegar un tema primero, ya con eso arrancaba. Me dio a escuchar las canciones, y yo elegí “La Movidita” para la difusión, y así empezó” recuerda Beto.
Muévete que muévete de aquí p’allá
Muévete que muévete de aquí p’acá
Es la movidita tan bonita la que hace gozar
Es la movidita tan bonita la que hace bailar
El éxito llegó con “La Güera Salomé”, porque era el tema que le gustaba a Susana Gimenez y siempre se lo pedía en su programa. Con Güera Lía ganó su primer disco de Oro, de los 10 que obtendría en toda su carrera, además de 5 Platinos y 3 doble Platinos, con sus 11 discos editados y 9 compilados.
Cuando Lía se lanzó como cantante, “Pasión de Sábados’’, el emblemático programa de la movida tropical del canal América producido por la familia Serantoni, se llamaba Sábados Musicales. Pablo Serantoni, hijo de Marcelo, se incorporó como asistente de producción en 1994 y recuerda: “Lía fue furor rápidamente. Revolucionó los medios por su exuberancia. En esa época estaban Lía, Gladys e Isabilita. Y más tarde apareció Gilda. Cuando ella iba al piso era una fiesta. Te abrazaba y apretujaba contra sus tetas. Siempre se le escapaba una al aire. Y nosotros teníamos que andar a las corridas para que se las tape, porque estábamos en horario de protección al menor. Al piso ya venía cambiada y si tenía que esperar o se retrasaba su salida, nunca hacía lío”.
“Nadie iba a esperar que Lía fuera una gran cantante, pero tenía su onda. Tony le armó una banda de 11 músicos, de las mejores que había en aquel momento. A ella la conocían como vedette y por eso tenía fácil acceso a los medios. Se metió rápidamente. Ella tenía un MAGNETISMO terrible. Convocaba mucho a chicos y chicas. Llevaba mucha gente. Realmente fue una explosión”, recuerda Dorfman.
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LOS COLORES DEL AMOR
Delia Crucet nació el 8 de agosto de 1952 en Avellaneda, y se crió en Lanús junto a sus padres Carlos y Amalia, y sus tres hermanos. “Mi infancia fue linda, con unos padres comunes, en un barrio tranquilo. No demasiado feliz por muchas carencias que hemos tenido en la familia” contaba en “Pasión de Sábados” en un ciclo de entrevistas íntimas que hacían dentro de una limusina blanca que paseaba por la ciudad en 2005.
“De joven era introvertida, poco expresiva para muchas cosas. Trabajaba de día y estudiaba de noche. Y los sábados, por supuesto, me iba a bailar. Con un poco de sacrificio, logré todo lo que quería. Me gustaba estudiar, pero tenía en el corazoncito otro tipo de cosa para mi, que era la carrera artística. Siempre actuaba y bailaba y venía a verme mi mamá y le gustaba. Ya no los tengo, se murieron, están con Jesús en el cielo. Y desde allá por supuesto estarán muy contentos y felices de todo lo que logré” agregó.
A los 16 años fue mamá de Karina, y se separó de su pareja al año siguiente. Era muy chiquita, y trabajaba. Después empezó la carrera de modelo y luego vino el teatro. “Mis padres y mis hermanos la cuidaban. Yo salía de casa a las seis de la tarde y volvía a las cuatro de la mañana. Tenía dos funciones todos los días. De todas maneras cuidaba a Karina, la bañaba, la cambiaba, le daba de comer y trataba de estar todo lo que podía con ella” contaba Lía a la revista “Claro” en el año 2000.
“Recuerdo que vivíamos en una humilde casita frente a los bomberos de Echenagucia, en Avellaneda- cuenta Karina en la Revista “Alegría” Nº32- Y contradiciendo la versión de Lía, aseguraba “Mis abuelos le hacían la vida imposible. No consideraban bueno el oficio de bailarina. Mami los invitaba al teatro para que la vieran, pero ellos no querían ir. Yo valoro eso, que estaba muy sola en la vida, pero que jamás flaqueó”.
En pareja con Tony Salatino desde los 28 años (se conocieron en 1980) a sus 45 quisieron ser padres, pero iban a tener que hacer un tratamiento de fertilización asistida. Luego de tener desde el día de su nacimiento, y durante dos años, la custodia de Ezequiel, lograron adoptarlo legalmente. Hoy tiene 24 años y vive con ellos en Mar del Plata. Lía nunca dio detalles de la adopción: “No quiero contar intimidades que tienen que ver con la historia de Ezequiel. No, yo no conocía a nadie, ni al padre ni a la padre. En la clínica me lo dieron desde el primer día que nació”.
En la ficha personal publicada en su página web, Lía reconoce que tiene como vicio el cigarrillo. Lo fuma con boquilla. En 2012 le diagnosticaron cáncer de útero. Los médicos dijeron que hacía falta un milagro. Ella empezó a contactarse con pastores y luego de someterse a un tratamiento, superó la enfermedad.
Su madre falleció de demencia señil, una enfermedad hereditaria por la que también atraviesa hoy Lía a sus 69 años, así como uno de sus hermanos, que se encuentra internado en un geriátrico en Brasil.
Durante los últimos años se volvieron mediáticas las peleas entre su marido Tony y su hija Karina. Ella lo acusa de hacerla trabajar enferma: “El sostén de la familia de mi mamá es mi mamá”. Y él, de no preocuparse por la salud de su madre y dar versiones falsas en los medios.
Una de sus nietas declaró en América TV que Lía padece esquizofrenia desde que Karina tiene 14 años, y la cantante salió a responderle en sus redes sociales con algunos videos que se volvieron virales. Se la ve desmejorada, en algunos casos con peluca, maquillada de forma desprolija, le faltan algunos dientes y tiene dificultades para hablar:
“Les habla Lía Crucet, quiero dejar tranquilo a todo el público, no tengo absolutamente nada de lo que dicen, esta es la medicación que estoy tomando, Risperin” dice mirando a la cámara del teléfono, sentada, mientras muestra la caja. “Es para doble polaridad, y lo tiene cualquier persona. Los quiero mucho. Los amo. Quiero dejar tranquilo a todo el público. He trabajado con todos los artistas, 20 años de carrera, cualquier cantidad de discos de oro, de platinos, he trabajado en todos lados. Un beso a todos. Quédense tranquilos que yo no tengo absolutamente nada de lo que dicen y les voy a traer el certificado médico la semana que viene”.
Su amigo Beto Dorfman hace dos años que no la ve por la pandemia. “Los últimos shows los dio el verano de 2020 y estaba dentro de todo bien. Por el avance de esta cruel enfermedad está inestable. Yo hablo siempre por teléfono con ella y es la Lía de siempre. Pero hay días que son peores, me dijo Tony. Para mi la afectó mucho la pandemia, el no poder salir a trabajar. Para ellas los shows y las presentaciones eran su vida”.
Recientemente, se conoció la noticia de su internación en un neuropsiquiátrico.
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QUE BELLO
Cuerpo
Por qué me miras así
Mientras me visto sin ti
Recuerda bien este cuerpo que fue tuyo a placer
Para amar y engañar
Ya no te mojes los labios
Ni me insinúes tus ganas
Eres tan bello y sensual
Que no sé si me iré ahora o mejor, después
De chica Lía ya era voluptuosa y estaba un poco acomplejada porque en el colegio la cargaban y siempre le tocaba ser la última de la fila. A los 15 años ya sus medidas eran 110–70–110.
“En la época que nos conocimos, no se podía caminar por la calle con ella, por su cuerpo. Lía era un escándalo. Los tipos se daban vuelta para mirarla. Yo me terminé peleando muchas veces porque le decían cosas aunque estuviera conmigo”, recuerda su marido Tony.
-¿Y cómo era su relación con su cuerpo? Porque hizo varias dietas con Cormillot y en muchas notas de la época siempre aparece el tema de su voluptuosidad.
-Ella lo disfrutaba. Lo de Cormillot fue mucho después, asegura Tony.
1996
Flora, la recepcionista de la Casa Rosada del programa de Antonio Gasalla, recibe a Lía Crucet. Ella va a promocionar su último álbum “La Más grande” vestida de calzas verde flúor y una camisa escotada haciendo juego, panza al descubierto y tacos plateados. Está en su momento de mayor éxito. “Qué lomo” le dice el personaje de Norma Pons y Lía responde automáticamente dando una vueltita.
-¿Siempre tuvo este físico? le pregunta Flora
-Sí, siempre, dice Lía- Y se acomoda en el mostrador como si fuera la barra de un bar- En el colegio fue un drama.
-Usted 90–60–90 no es, bromea Gasalla
-No, responde segura y alegre. Soy 110–70–110.
Mientras conversan, Flora pasa revista y comenta las notas de los invitados. En el caso de Lía, se trata del especial de Navidad que hizo semidesnuda vestida de Papa Noel para la revista Eroticón. Lo muestran tapando las partes íntimas y Lía se ríe, como con una vergüenza simulada.
Luego, ponen “Ritmo Caliente” un corte de su último CD y ella lo interpreta bailando y haciendo playback.
Aquí te traigo este ritmo bueno para gozar
Ritmo caliente que seguro lo vas a disfrutar
Haciendo palmas y moviendo bien los pies
Una vueltita y empecemos otra vez
1998
Lia es la única mujer invitada al programa la Biblia y el Calefón de Jorge Ginzburg. Luego de las picantes preguntas de la entrevista, le toca cantar. Durante la presentación, se le sienta a upa al periodista Luis Majul y le pone las tetas en la cara, actitud que sorprende hasta a Jorge Ginzburg que no para de reír. Luis Majul se tapa los ojos, y después la boca, mientras mira a esta monumental mujer cantar y bailar entre los invitados. Después Lía se sienta en la silla de Jorge, y le da un pico. Él sí se anima a acobacharse entre sus pechos como si fuera un niño. El actor Pablo Cedrón, en cambio, se queda impávido en su silla cuando ella le mueve la cola invitándolo a jugar.
2000
“Medios Locos”, fue un programa heredero de “La Noticia Rebelde” conducido por Adolfo Castello, Mex Urtizberea, Guillespi, Gisella Morziota y Macela Pacheco. Un noticiero de humor político transmitido a la medianoche por Canal 7. Lía fue invitada para promocionar su álbum “Amor de medianoche” , el noveno de su carrera, y el primero editado por el sello Magenta. Cuando ingresa al piso, saluda a todos con un beso y rápidamente Mex toma el CD y amaga con irse al baño, luego de hacer un comentario sobre la sensual pose de la foto de portada.
Castelo y Gillespi también quieren desplegar toda su ironía (y tal vez disimular su excitación) y le preguntan qué opina de los desnudos y si ensaya antes de cada show. Cada pregunta va acompañada por un compilado con material de archivo que muestran varias presentaciones de Lía donde se le escapa un pezón o canta a destiempo el playback.
Lía parece divertirse, se ríe al menos, pero también responde seriamente a cada pregunta. Los vestidos le quedan chicos por el tamaño de su busto y en los programas de televisión los productores la distraen dándome indicaciones. Para cerrar la nota, le piden que coma una banana al aire.
2007
“Hola Susana” cumplía 10 años y para celebrarlo la diva invitó a todos los personajes destacados que habían visitado el living durante esas temporadas. Lía y Susana se saludan con un “choque los 5”, pero con las tetas:
- Así nos saludábamos con Moria, le dice Susana, e inmediatamente Lía le pregunta:
- ¿No me vas más flaca? Estoy con Cormillot.
-¿Ahh, estabas más gorda?, le pregunta sorprendida Susana.
-Estaba más gorda, increíble, pero sí. responde Lía. Susana se ríe.
2010
Luego de un escándalo mediático, según anuncia el zócalo del programa, Lía se presenta en el programa de Chiche Gelblung para aclarar que no la echaron del teatro Margarita Xirgu, sino que decidió rescindir el contrato. Con la mirada endurecida y un poco de fastidio, Lía explica que por un problema en la espalda no iba a poder cantar en vivo, y los productores no querían que haga playback. Chiche le pide que tararee en vivo una canción sobre la pista para demostrar que todavía puede cantar, y Lía accede con cierta molestia. En cambio se niega a pararse cuando le pide que baile, y apenas mueve un poco los brazos y el pecho de forma semiautomática, frente a la insistencia del conductor.
En el medio de la conversación, Chiche dice:
-Nunca fuiste una mujer delgada
-No, jamás fui flaca. Nunca, flaquita, no. Siempre fuí exuberante, grandota.
-Igual estás bárbara vos. ¿Te operaste la cara, no?
-No, no, la cara no.
-Tenés la ventaja entonces de que estás gordita.
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Malvina Silba es investigadora del CONICET y en su tesis de doctorado trabajó sobre los y las jóvenes que van a bailar cumbia en el conurbano y su tema de investigación actual son los estereotipos en torno a las mujeres jóvenes.
-¿Cuánto había de mujer empoderada/poderosa y cuánto de cosificación en la figura de Lía Crucet en la época de auge de la Movida Tropical?
-A mi me parece que Lía era una apuesta disruptiva en muchos sentidos.Creo que ella jugaba mucho con la sensualidad. No sé si la nombraría exactamente como mujer objeto. No necesariamente porque no lo haya sido, seguramente los productores la vieron de esa manera. Y dijeron que esta mina tiene tetas grandes, es alta, es grandota, puede bailar sensualmente, pongámosla al frente de una banda. Pero cuando ves ese cuerpo en escena, la ves cantar y bailar en los videos de los ´90 y en todas las intervenciones que hizo después en la cultura cumbiera, yo lo que veía ahí era una mujer híper sensual, una mujer que jugaba con su cuerpo. Nunca vi ni sometimiento ni cosificación en eso, pero insisto, porque es algo que se define a partir de la mirada, y yo no creo que las mujeres seamos solamente tontas. Creo que en todo caso que podemos buscar tensionar esos límites, y hacer ese juego de “me hago un poco la boluda”, juego un poco con mi sensualidad, trato de seducir para ganar, y trato de divertirme, que me parece que eso se central en la cultura cumbiera. Visto desde hoy, obviamente tenemos muchas más herramientas porque bueno, con el diario del lunes es más fácil. Pero visto desde ese contexto, lo que me pasaba con Lía, igual que con Gladys, me parecía mujeres interesantes, divertidas, y sobre todo que tenían grandes hits que nos hacían bailar. Con lo cual, cuando una música te hace bailar, muchas veces las palabras que quieren explicar nos quedan cortas. Porque justamente la potencia del baile, de la performance, la potencia del cuerpo puesto en escena, habla mucho más.
-¿Qué lugar tenían las mujeres en la cumbia en aquella época en general?
-Las mujeres tuvieron un lugar excepcional, eran contadas con los dedos de las manos. No porque no hubieran otras, pero la verdad es que el registro que se tiene es de aquellas que alcanzaron cierto nivel de masividad, y son Gladys, Lía, Isabelita y después Gilda. Esto es algo que tiene que ver con la industria cultural. Como se presupone que la mayor parte de los públicos son mujeres, porque son las que tienen más tiempo ocioso, todo esto entre un millón de comillas y presuponiendo una sociedad muy tradicional, entonces gran parte de las bandas eran de varones. Yo creo que ellas fueron pioneras, y no son respetadas ni rescatadas como parte de una movida súper importante. Porque los íconos que nos quedaron en la cabeza son Ricky Maravilla, Alcides, Pocho La pantera, Sebastián y Miguel Conejito Alejandro. Estaban haciendo algo que no sabían que estaban haciendo. Que no tenían un objetivo deliberado, como suele suceder muchas veces con los precursores de ciertas movidas culturales. Ellas abrieron un camino para mujeres que vinieron mucho después como Ángela Leiva o Karina y muchas otras pibas. Lía y Gladys, tal vez en aquella época sólo pensaban en que tenían que vivir de eso, tenían que mantener a sus familias, querían hacer algo que les gustaba, etc, pero sin estar buscándolo deliberadamente, estaban abriendo un camino.
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LA MOVIDITA
La movida tropical en los ´90
Es el momento de mayor auge en la carrera de Lía Crucet. Tiene 10 shows esta noche en las principales bailantas de Capital y Gran Buenos Aires. Fantástico Bailable, Metrópolis, y más. Va con toda su banda de 11 músicos, tocarán 15 minutos en cada baile y se irán para el siguiente en la camioneta que compró Tony para abaratar costos. Ella es la primera en estar lista para salir a trabajar. Eligió uno de los vestidos que le compró a Sarita, la madre de su amigo y representante Beto Dorfman, quien le provee la mayoría de vestuario con prendas importadas. Lía le hace más pronunciado aún el tajo del vestido. Nunca es suficiente. Luego, podrá cambiarse de modelo detrás de una puerta o arriba de la camioneta en el medio de la gira. Contrataron a 15 patovicas para que la protejan después de cada show, ya que algunos fans intentarán tocarla, besarla y, hasta incluso, le arrancarán el vestido.
-¿Es verdad que ganaban fortunas en aquella época?
-En esa época se ganaba bien, el tema es que después tenías que repartir con los músicos, el sonidista, el chofer, la custodia. Se ganaba pero mucho menos de lo que la gente piensa, dice Tony.
Beto Dorfman recuerda: “Algunos representantes se compraron medio Miami y después tuvieron que salir a vender todo porque no lo podían mantener”. Y agrega: “Hubo una época que fue un paraíso hasta que nos empezó a perseguir AFIP. Nadie facturaba nada, todo se hacía en negro”
-¿Y cuánto duró el paraíso?
-Y fueron 3 años del 89/90 al 93. En esa época, yo sólo tenía que ir a mi oficina y ya tenía una cola de 7 personas que venían a comprar sus shows. Por lo que mi trabajo era cerrar lo mejor posible.
-Lía tiene fama de tener un carácter fuerte ¿cómo era a la hora de cerrar contratos?
-En realidad eso lo manejó siempre Tony, contratos y dinero. Lía opinaba sobre las canciones, pero los contratos, no.
-¿Y con respecto al carácter fuerte de Lía, dónde lo notabas?
-Cuando estaba explotada, no podía ni salir a la calle. Yo vivía en Caballito y cuando me venía a visitar, se corría la bola en el barrio y se llenaba de vecinos que querían verla.
En su trabajo “La cumbia en Argentina. Origen social, públicos populares y difusión masiva” (2000), Malvina Silba cuenta que la cumbia ingresó en la Argentina a mediados de los 60, con Los Wawancó y el Cuarteto imperial como las bandas más importantes, pero su circulación estaba limitada a un circuito específico de locales bailables “provincianos” y no contaban con ningún tipo de apoyo empresarial ni de promoción. Fue a partir de los ´90 cuando la “movida tropical” estalló comercialmente. Con el término “bailanta” se homogeneizó un conjunto muy diverso de géneros, prácticas y estilos de música producida y consumida por los sectores populares residentes en Capital Federal y el Gran Buenos Aires, que incluía desde el cuarteto cordobés, el cachengue, el chamamé hasta la cumbia colombiana. Se configuró una industria y un mercado de la música tropical con sellos discográficos como Leader Music y Magenta y surgieron alrededor de 40 locales bailables de este género.
Estos artistas populares empezaron a ser invitados por primera vez a programas de televisión que antes les habían sido vedados por su origen social o por el tipo de música que hacían. Almuerzan con Mirtha Legran y visitan a Susana y a Marcelo Tinelli. Sin embargo, como toda la década de la “fiesta menemista”, se trataba de una ficción igualitaria, como analiza Sergio Pujol citado por Silva. Las diferencias que en la vida real separaban cada vez más a las clases trabajadores de las clases medias y altas no desaparecieron ni por las políticas cambiarias del 1 a 1 ni por el simple hecho de que todos bailaran cumbia. Más bien, insistía en marcar las diferencias de clases que “colocaban enfrentadas a Mirtha Legrand en un extremo como representante legítima de la élite del espectáculo local, y a Lia Crucet en el otro, como una artista plebeya, mostrando su exhuberante cuerpo y escandalizando a la “señora” con sus provocativos movimientos” analiza Silba en tu trabajo.
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ESCLAVA DE TU AMOR
Un clásico de la movida tropical
Si bien la explosión de Lía fue en los ´90, su carrera continuó con otra intensidad y en otros circuitos hasta hace tan solo dos años que empeoró su estado de salud: “Lía no fue una figura de moda, porque después pasó a ser un clásico de la movida. Ella logró cierta permanencia, a pesar de que ya los tiempos habían cambiado. Hubo una decadencia de la bailanta, muchos bailes desaparecieron, bajaron la cantidad de shows. Pero también crecieron otros boliches y empezaron a llevar números de bailantas que antes no llevaban” afirma Beto Dorfman.
Jorge Serrano, cantante de los Auténticos Decadentes, agrupación que colaboró con Lía en 1999 con la canción “A mi no me importa el dinero” declaró en la revista Rolling Stone: “Lía Crucet me recopa. Me gusta su forma de cantar. La gente dice que es desafinada, y no sabe lo que dice. Me gusta, tiene como un grito, algo tipo Nina Hagen, algo de fuerza…y los primeros discos de ella me gustan, los temas melódicos me emocionan. La primera vez que la encontré, no me acuerdo dónde, le dije “Me encanta tu disco”. Yo justo la había votado en la encuesta del Sí! de Clarín, y no me creyó, pensó que la estaba gastando (…) después hablé con el marido y me dijo “No, lo que pasa es que Lía cree que no canta bien, que es un perro” (…) Los que dicen eso son tipos que no saben cantar. Ella canta bárbaro. Lo que pasa es que como era vedette no tal toman en serio”
En 2012 la cantante de música popular Luciana Jury versionó el tema “En tu pelo” y contó en una entrevista que se comunicó con Lía para que le diera algunas claves de interpretación y fue muy generosa en su devolución.
En Youtube, sus videos siguen vivos. El sensual “Qué Bello” subido en diciembre de 2011 acumula más de 19 millones de vistas. Algunos de los comentarios dejados por sus Fans grafican lo que Lía significa para su público. Fernando Matías Toronazos dice “La única cantante de cumbia que nadie podría odiar. Monumental Lía”. Franco Javier Ortiza agrega abajo “Este CD fue el mejor trabajo de Lía Crucet, buen sonido, buenas letras, con ritmo. Lejos la reina indiscutida que ha logrado trascender las generaciones y que marcó un estilo y personalidad en el mundo de la movida tropical, no hubo, ni habrá otra igual”. Martín Rivadeneira se sincera más abajo, representando con su comentario, a más de uno: “Mis primeras japas fueron dedicadas a esta mujer”.
Con los años, se convirtió en la estrella en discotecas como Shampoo, de las Fiestas Bizarren y de boliches del circuito gay de Capital Federal como Amerika Disco.
-¿Ella se volvió un ícono de la comunidad gay?
-Sí, eso nunca lo entendí. No sé por qué realmente, pero son cosas que se dan. Yo la acompañé varias veces a algunos shows en lugares gays, y era terrible. Para bajarla del escenario y salir del boliche teníamos que llamar a 10 canas, recuerda Dorfman.
Para Franco Torchia, periodista y activista por los derechos de la comunidad LGBTIQ+ el reconocimiento de Lía como un ícono de la comunidad gay tiene que ver con su estética Queer: “El término Queer fue cambiando de significado, pero en algún momento de su historia estuvo vinculado con lo monstruoso. En el caso de Lía, hay algo de lo monstruoso, que tiene que ver necesariamente con la exuberancia de su cuerpo. Un cuerpo que siempre fue voluminoso. Recordemos que surgió como la Tetamanti. Es decir, esas tetas como desproporcionadas, ese tipo de rubio, los movimientos, son muy travestones. La emparenta mucho con la tradición travesti de Argentina. De la travesti de la fiesta popular, de la travesti del corso, de los carnavales. De la travesti apasionada, presa en su letras, en toda su poética de amores difíciles. Tiene que ver, yo te diría con la expresión de género de Lía. Lía es una mujer cis, pero su expresión de género siempre tuvo que ver con potenciar todo esto. Y es en esa potenciación donde hubo una mímesis algo absorbida automáticamente, para los gays, pero también para las trans y las travestis. Es medio indescriptible, pero a veces el reconocimiento de los referentes tiene que ver con su estética. Y por supuesto también con que ella ha tirado centros y ha apoyado a la comunidad”.
Para cerrar la entrevista, Beto Dorfman decide recordar una pequeña anécdota que describe su versión de Lía: “No sé por qué me acuerdo de una gira por Mendoza que la acompañé yo y el locutor. Lía me dijo “Vamos para Chile, quiero conocer la nieve”. Y fuimos y nos pusimos a jugar y a tirarnos copos de nieve entre los tres. No había nadie. Imaginate Lía en su mejor momento jugando en la nieve como una nena”.